lunes, 19 de diciembre de 2011

Sobre MAWSONIT


Es esta una agrupación xalapeña que invita al delirio contemplativo a través de su introspección sónica interpolada con su virtuoso y poderoso rock/jazz. Empezaron con una experimentación aparentemente poco sustanciosa, o al menos esa fue mi impresión aquella primera vez que les conseguí una tocada a mediados de 2009 en el ahora extinto bar SOMA de la roma norte. Por aquel entonces aún no había bajo ni saxofón en sus filas y el duelo entre las guitarras aunque divertido a ratos también llegaba a ser un poco histérico, además el teclado tenía que chutarse las líneas de bajo, restándole libertad.
Un año después decidí alternar con ellos y los invité a tocar en la terraza del Hostel Mundo Joven Catedral. La audiencia, aunque ávida por escuchar a mi banda, se engolosinó con ellos y sus suntuosos temas aderezados con su potente y envolvente jam; una fría (por la altura) noche memorable que recuerdo cálidamente.
Hace unos pocos días platicaba con el baterista de la agrupación poco antes del alba, observados por el majestuoso querube de reforma, sobre en qué anda el ahora quinteto (batería, bajo, teclado, guitarra y saxofón) y sus planes para el 2012.
“Mawsonit es una banda que sólo existe cuando toca, lo chido es que siempre cumplimos”
Fuertes declaraciones… con lo cual estoy totalmente de acuerdo. Ahora cada vez que los veo me prendo como con ninguna otra banda capitalina, a pesar de la avasalladora calidad musical que hay aquí, pues en su poco tiempo de vida la agrupación ha logrado evolucionar y consolidar un sonido que aunque nos remite a los mejores tiempos del progresivo setentero, se ve transfigurado en una declaración intrépida y elegantemente moderna de avant-garde, sus riffs van más allá del rock y no terminan de encajar en ningún género, creando su muy singular y propio lenguaje, mientras que el saxofón se anida entre lo modal y lo muy melódico e incluso proponiendo pasajes funkys. El bajo y la batería se empalman como Jachin y Boaz sustentando el templo sagrado y sin poder para negarse el uno al otro. Las teclas viajan atmosféricamente matizándolo todo y otorgándonos solos sorprendentemente sutiles y sobrios.
Al tiempo que redacto me encuentro escuchando una pre mezcla de “Garrarafanda”, track que tentativamente estará presente en ¿el primer EP? O ¿en el primer LP? Pues habla la banda de publicar ambas entregas en el siguiente año. Esperemos que lo logren y suelten tan radioactiva bomba en el país, que buena falta nos hace, y no porque no haya buena música en México ¡vaya que la hay! pero esta banda está tan a la vanguardia que podría convertirse en el emblema de la evolución de nuestra identidad mestiza… eso, si la saben armar… se los encargo Mawsonit.
Los dejo con esta presentación, que aunque no tiene buen audio, es fehaciente prueba de lo mucho que parten madres.


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