Es esta una
agrupación xalapeña que invita al delirio contemplativo a través de su
introspección sónica interpolada con su virtuoso y poderoso rock/jazz.
Empezaron con una experimentación aparentemente poco sustanciosa, o al menos
esa fue mi impresión aquella primera vez que les conseguí una tocada a mediados
de 2009 en el ahora extinto bar SOMA de la roma norte. Por aquel entonces aún
no había bajo ni saxofón en sus filas y el duelo entre las guitarras aunque
divertido a ratos también llegaba a ser un poco histérico, además el teclado
tenía que chutarse las líneas de bajo, restándole libertad.
Un año después
decidí alternar con ellos y los invité a tocar en la terraza del Hostel Mundo
Joven Catedral. La audiencia, aunque ávida por escuchar a mi banda, se
engolosinó con ellos y sus suntuosos temas aderezados con su potente y
envolvente jam; una fría (por la altura) noche memorable que recuerdo
cálidamente.
Hace unos pocos
días platicaba con el baterista de la agrupación poco antes del alba, observados
por el majestuoso querube de reforma, sobre en qué anda el ahora quinteto
(batería, bajo, teclado, guitarra y saxofón) y sus planes para el 2012.
“Mawsonit es
una banda que sólo existe cuando toca, lo chido es que siempre cumplimos”
Fuertes declaraciones…
con lo cual estoy totalmente de acuerdo. Ahora cada vez que los veo me prendo
como con ninguna otra banda capitalina, a pesar de la avasalladora calidad
musical que hay aquí, pues en su poco tiempo de vida la agrupación ha logrado
evolucionar y consolidar un sonido que aunque nos remite a los mejores tiempos
del progresivo setentero, se ve transfigurado en una declaración intrépida y
elegantemente moderna de avant-garde, sus riffs van más allá del rock y no
terminan de encajar en ningún género, creando su muy singular y propio
lenguaje, mientras que el saxofón se anida entre lo modal y lo muy melódico e
incluso proponiendo pasajes funkys.
El bajo y la batería se empalman como Jachin y Boaz sustentando el templo
sagrado y sin poder para negarse el uno al otro. Las teclas viajan
atmosféricamente matizándolo todo y otorgándonos solos sorprendentemente
sutiles y sobrios.
Al tiempo que
redacto me encuentro escuchando una pre mezcla de “Garrarafanda”, track que
tentativamente estará presente en ¿el primer EP? O ¿en el primer LP? Pues habla
la banda de publicar ambas entregas en el siguiente año. Esperemos que lo
logren y suelten tan radioactiva bomba en el país, que buena falta nos hace, y
no porque no haya buena música en México ¡vaya que la hay! pero esta banda está
tan a la vanguardia que podría convertirse en el emblema de la evolución de
nuestra identidad mestiza… eso, si la saben armar… se los encargo Mawsonit.
Los dejo con
esta presentación, que aunque no tiene buen audio, es fehaciente prueba de lo mucho
que parten madres.
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